Israel interceptó la Flotilla Global Sumud

Pese a las amenazas de Israel, la Flotilla Global Sumud, reunió más de 50 embarcaciones de diferentes porte y más de 500 activistas de todas partes del mundo con el objetivo de romper el bloqueo que profundiza el genocidio en la Franja de Gaza y entregar ayuda humanitaria a un pueblo que Benjamín Netanyahu, con el total apoyo del “pacifista” Donald Trump, está dispuesto a exterminar.

El sólo hecho de que la Global Sumud haya desetimado las amenazas del Estado israelí y haya emprendido esta misión humanitaria ya constituye de por sí una victoria política de la solidaridad internacional con Palestina, que no para de multiplicarse por todas partes. Al cierre de esta edición el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino había convocado a una movilización urgente a Plaza de Mayo. Y lo mismo está sucediendo por estas horas en muchos otros países. 

Momentos previos a que se cortara la transmisión en vivo que emitía por su canal de YouTube, la flotilla Global Sumud pudo comunicar a través de su cuenta en X que varias de sus naves habían sido abordadas por militares israelíes. “Estamos trabajando para confirmar la seguridad de los miembros de la misión”, se lee en su comunicado urgente.

Recordemos que días atrás drones israelíes habían lanzado bombas incendiarias sobre algunos de los barcos de la Sumud, provocando daños materiales que obligaron al transbordo de sus navegantes. El antecedente más grave de los tantos ataques del sionismo contra el movimiento internacional de flotillas humanitarias ocurrió en 2010, cuando la Marina israelí abordó el buque Mavi Marmara de la Flotilla Libertad y asesinó a nueve activistas y un periodista.

Es necesario señalar que Netanyahu declaró recientemente que iba a “echar mano a todos los medios” para impedir que los barcos toquen tierra palestina y hasta llegó a aseverar que la flotilla fue “organizada por Hamás”. En un mismo sentido, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, sostuvo que su país no estaba dispuesto a permitir que los buques “entren en una zona de combate activo” y que impediría “la violación de un bloqueo naval legal”, eufemismos para referirse al bloqueo criminal con el que el fascismo israelí también viene ejecutando este genocidio a cielo abierto. 

Por su parte, la “Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Territorios Palestinos”, Francesca Albanese, había anticipado que de concretarse la intercepción de los barcos, Israel “estaría cometiendo una violación de la legalidad internacional”, dado que “las aguas de Gaza no están bajo la legítima autoridad de Israel” y el derecho internacional “prohíbe las intercepciones ilegales de barcos”.

Un reciente informe del Sistema de Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases, que fue respaldado por la ONU, afirma que más de quinientos mil palestinos que habitan la Franja de Gaza se enfrentan a la inanición, la indigencia y la muerte a causa del bloqueo que está provocando una hambruna generalizada, al tiempo que no cesan los bombardeos y ataques militares contra la población civil y la destrucción de infraestructura, incluyendo hospitales desbordados de heridos y faltos de recursos.

Ante este último atropello del régimen sionista, en Italia los portuarios y estibadores ya empezaron a cumplir con la promesa empeñada en caso de tocaran a la Flotilla, y bloquearon los puertos de Génova, Livorno y Napoli. Mientras se aguada que lo propio harán para mañana más puertos de otras ciudades italianas y de ciudades de otros países europeos. 

En este escenario resta saber que decisión tomará Tel Aviv con los activistas que pueda llegar a tomar como rehenes, especialmente con los ciudadanos palestinos. En tanto que, lamentablemente, es de esperar que el gobierno de Milei no reclame por la seguridad de los argentinos integrantes de esta misión humanitaria ilegalmente interceptada. Lo cual constituye otro motivo más para redoblar las movilizaciones en apoyo a Palestina y por el fin del genocidio en nuestro país. 

Cinismo imperialista 

Con este telón de fondo, el lunes pasado el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que acordó con Netanyahu la puesta en marcha de “un plan de paz para Medio Oriente” que incluye “el fin de la guerra en Gaza”. Estas cínicas declaraciones de Trump, en realidad, persiguen la finalidad de crear una suerte de protectorado bajo control de la potencia ocupante, que de este modo se apoderaría de la Franja expulsando a sus legítimos dueños.

El plan del tándem Trump-Netanyahu establece que la Franja de Gaza sea gobernada por un “comité palestino tecnocrático y apolítico” que, en la práctica, carecería de autonomía real porque se prevé que opere bajo la supervisión de un organismo internacional denominado “Board of Peace” (Junta de Paz) que presidiría y dirigiría el propio Trump, pero que también estaría integrado por personajes que no son ninguna garantía, como el ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair.

Si prospera, el proyecto también impone la desmilitarización unilateral y completa de la resistencia palestina (que trasciende por mucho a Hamás y de la que, por ejemplo, forma parte activa el Frente Popular para la Liberación de Palestina) y que cualquier actor de la resistencia quede excluido de cualquier papel en el gobierno gazatí. En tanto que quien tendría a su cargo la seguridad interior es la Fuerza Internacional de Estabilización, que sería creada, cuándo no, por EE.UU.

El plan impone condiciones inmediatas y verificables exclusivamente a los palestinos, mientras que Israel se reserva el poder de interpretación y veto sobre cualquier norma o acto de gobierno que se vincule a la Franja y se garantiza una total impunidad sobre sus crímenes, que desde que a fines de 2023 Tel Aviv comenzó a radicalizar la fase genocida de su agresión contra el pueblo palestino, están dejando un saldo de más de 66 mil personas asesinadas, incluyendo a decenas de miles de niños.